Saturday, February 12, 2011

El Miami de Hoy...


Por Juan Carlos Maimone

Cuando el Congresista Tom Tancredo (Rep. Colorado) dijo que Miami era una ciudad corrupta y desordenada y que ni siquiera los residentes de la ciudad del sol se sentían como americanos, no fueron pocos los políticos locales que salieron a rasgarse las vestiduras. Entre ellos el actual y discutido Alcalde del Condado de Dade Carlos Alvarez y el entonces Jefe de la ciudad Manny Diaz. Sin embargo; las encuestas del momento, le dieron un rápido respaldo al hombre del estado de Colorado.

Desde entonces; existe en nuestra urbe un concierto de coincidencias y disidencias con respecto a aquel por muchos considerados como un exabrupto, situación que hoy – enfriados los ánimos – nos lleva a producir un análisis un tanto más profundo que el que propone la histeria de algunos por sobre el silencio de otros.

Y como residentes al fin, no tuvimos que ir muy lejos para sentir el rigor de una ciudad totalmente colapsada, desorganizada y cada vez menos atractiva.

Es cierto que la herencia que recibió Tomás Regalado de su predecesor linda con lo intolerable, que aquellos que deben dar el ejemplo a los conciudadanos que los llevaron al poder es absolutamente inexistente y que el vandalismo decididamente le ha ganado la pulseada a la organización y al orden.

Ejemplo 1.

El tránsito en el Condado es realmente calamitoso, con el agravante de que día a día empeora en vez de mejorar o por lo menos estabilizarse. En este sentido, la Policía de Miami o la del mismo Condado, se esmeran para sacar provecho del descalabro y de la desesperación de muchos, creando continuamente trampas para escribir sanciones a lo loco, sin detenerse un segundo en pensar o trabajar para coordinar los desfasajes en nuestras calles o autopistas. 

Ante una arteria cerrada – generalmente en forma caprichosa y lleno de interrogantes – el resultado es, un policía sentado en su patrulla con el aire acondicionado y el motor funcionando, mientras juega en su computadora o en su defecto, escondido en busca de cándidos que buscan la manera de sortear el problema. Jamás he visto a un representante del orden dirigiendo el tráfico o alertando a los peatones sobre los inconvenientes que ellos mismos protegen.

Me pregunto y con razón, si los políticos tienen idea de cuánto le cuesta al contribuyente entre tiempo y gasolina los estancamiento de tránsito en nuestras calles y autopistas sin distinción…?. La misma pregunta va para las empresas y para el sistema: Cuánto menos rinde un empleado enojado, sin energías y que llega a su lugar de trabajo con los nervios crispados de tanto lidiar con el tránsito…?



Y el medio ambiente del que todos hablan…? Parece que nuestros gobernantes no saben - o no quieren ver - miles y miles de automóviles diariamente atascados en las carreteras con sus motores funcionando, lo que lógicamente altera la temperatura y el coeficiente de polución de manera dramática.

Ejemplo 2.

Ante un engorroso trámite migratorio, acompañamos a un ciudadano a tratar de sacar sus huellas digitales… Fuimos informados de que en cualquier destacamento de Policía, se podía hacer el trámite. Para ello, nos dirigimos al Departamento de la Policía de Miami, localizado en la intersección de Flagler y la calle 22 . Allí debimos esperar pacientemente por más de 25 minutos por el único oficial que conversaba amablemente con un señor mientras bebía su café. Al acercarnos para hacer la gestión, nos enteramos de que allí no hacían ese trabajo y que debíamos proceder al Departamento Central en el Down Town. También nos extendió un papel con la dirección, en el que expresamente se indica que se necesita un Money Order u Orden de Pago por valor de 10 dólares.

Ya en el Destacamento Central, fuimos a un Estación de Correos lindera para comprar el Money Order. Allí – como antigua costumbre - nos encontramos con una hilera de 26 personas esperando y sólo 2 posiciones abiertas (de las 5 existentes) en las que sendas empleadas con más ganas de morirse que de trabajar, atendían al público. Luego de esperar por espacio de más de media hora, por fin conseguimos nuestra orden y entramos al Departamento de Policía…


Allí, otra cola para poder entrar. En la guardia, nos preguntaron si teníamos la tarjeta para las huellas, ya que ellos no las proveían… La misma agente, nos informó que las podíamos conseguir en el edificio de Gobierno justo enfrente y allí fuimos.

El guardia de seguridad de la Agencia US Security (quien rehusó darnos su nombre) nos dijo que efectivamente era allí, pero que en esa oficina (7mo. Piso, Of. 720) eran unos odiosos y en reiteradas ocasiones no querían entregarlas (?).

En la oficina de marras, hubo que sacar número (84) con una sola posición abierta y recién iban por el número 70… Luego de una larga espera, por fin dimos con la única empleada, la que confirmando la versión del guardia. No sólo nos atendió mal, si no que dijo que no sabía de lo que estábamos hablando y que allí, no existían tales tarjetas. Fue entonces que un buen samaritano se acercó gentilmente ante nuestro desconcierto y nos ofreció una extra que él tenía en su poder.

Por fin, volvimos al Departamento de Policía, donde la misma recepcionista de nombre Carvil, nos informó que ya habían cerrado la oficina de Huellas Dactilares, pero que existían otros centros donde hacer el trámite mientras nos extendía un papel llenos de direcciones, todas muy alejadas desde donde nos encontrábamos. Ante la duda de que la información fuera correcta, se produjo el siguiente diálogo:

_  Señorita, Usted está segura de que en estas direcciones se pueden hacer las huellas… _

_  Por supuesto, si nó, no lo mandaba… _

_  Bueno Usted misma me mandó enfrente a buscar la Tarjeta de Huellas y allí no las tenían…

_  Ese es su problema, yo no necesito las huellas… -

Entonces no pude menos que preguntarme si esa era manera de tratar a un ciudadano, el mismo que contribuye con sus impuestos a pagarle el salario y la educación a esta persona y el que se supone debe sentirse protegido en vez de insultado… Ante mi estupor, solicité hablar rápidamente con el supervisor a cargo de esa posición, al que le expliqué el improceder, la actitud y la falta de ubicación de su subalterno.

El Sargento Mclif, al ver mi credencial de periodista, me dijo que tomaría las medidas del caso (cosa que dudo totalmente) pero para que olvidara el tema nos haría tomar las huellas aunque dicha oficina ya estaba cerrada, a lo que rehusé de inmediato. Finalmente, accedimos ante la buena disposición del Suboficial y de la señora a cargo de realizar el trabajo.

Finalizada la tarea y cuando fuimos a abonar el servicio, él mismo nos dijo que era gratuito…

Aún conservo el papel con la información que nos entregaron en la 22 y Flagler donde dice que debíamos llevar un Money Order de 10 dólares, porque no se aceptaban tarjetas de crédito (?).

Ejemplo 3.

No es ningún secreto que estacionar en las inmediaciones del Down Town de Miami, es realmente una odisea. De allí que para ir al Consulado de su país, nuestro señor debió deambular un largo rato, hasta que finalmente, vimos que un auto se retiraba y esperamos por él pacientemente. 
Cuando por fin dejó el espacio disponible y con las luces intermitentes puestas, iniciamos la maniobra… Allí apareció un vehículo de Miami Parking Authority identificado con la placa 228095 de la Ciudad de Miami, quien sin señal alguna se nos atravesó groseramente y se estacionó en el lugar por supuesto, sin pagar por el espacio… 
Aún atónito y ante mi requerimiento, la persona uniformada de sexo femenino que manejaba el vehículo levanto su mano a modo de respuesta, con un gesto realmente obsceno (!) y se alejó caminando. Sin abandonar su llamada telefónica, regresó al rato y se instaló en el asiento de su auto donde permaneció por espacio de 35 minutos…. El hecho ocurrió frente al 1100 de Brickell Bay Dr., el 8 de febrero, a las 12:15 horas.


Inmediatamente, procedí a fotografiar el vehículo para hacer la denuncia pertinente y pedir las explicaciones del caso por parte de sus superiores…

Ejemplo 4.

Los que vivimos en este Condado, sabemos de memoria que hay ciudades que por su extensión no merecen serlo, pero que por la obtención de fondos y para fomentar políticos, reciben ese caprichoso estatus. Allí, generalmente todo el mundo se conoce y los hecho delictivos, son ínfimos, por cuanto no es fácil encontrar justificación o lógica para tanta presencia policial, mucho menos en que ocupar una cantidad desmedida de efectivos.

North Bay Village, no es la excepción a la regla y generalmente, los efectivos y sus equipos, son utilizados para custodiar las siempre presentes obras viales y claro está, para colectar fondos escribiendo violaciones.

El sábado 5 de Febrero pasado, decidieron una obra más en la mencionada ciudad, para lo que cortaron tres cuadras de una mano de Bounty Ave. Dejando la otra para transitar. Los residentes de esa arteria, ante la falta de indicaciones o carteles, llegaban a sus hogares por la única vía disponible. Allí, escondidos, estaban los representantes del orden, escribiendo las respectivas violaciones…

Y yo – testigo presencial – me sigo preguntando: No era más lógico que uno de estos uniformados se bajara de su confortable automóvil y diera las indicaciones de rigor a los que regresaban a sus hogares…? Acaso los fondos que recibe la ciudad no son suficientes para confeccionar carteles que avise de algún desvío o anomalía…?. Parece que no; entonces, a buscar más dinero de los contribuyentes… 




Ya en la redacción, no pude menos que pensar en Tom Tancredo, es su visión clara y sincera de nuestro Condado, de nuestras costumbres, de nuestras vicisitudes cotidianas y con el aplomo que me da la experiencia de más de cuatro décadas en este gran país, no pude menos que pensar: Es cierto; lo que vemos los residentes de esta geografía no es ni lejanamente común en el resto de la Unión Americana. 
Esto tiene más sabor a Buenos Aires, Lima o Caracas y mientras no aprendamos a vivir como en el resto de nuestro territorio, será como dice Tancredo, una ciudad del Tercer Mundo, donde ni los ciudadanos norteamericanos nos sentimos en el país cuando estamos en Miami…


Wednesday, October 20, 2010

UN ESTADIO PARA LOS MARLINS


Negocio de algunos
en detrimento de todos…
por Juan Carlos Maimone

El Sentido Común; ese ingrediente para algunos muy liviano 
y para muchos muy fácil de perder, parece haberse instalado 
de manera definitiva en nuestra geografía,
destinada no sólo a ser la Puerta de Latinoamérica,
 si no que además se la imita en todo a lo que hace 
a medidas populistas que en menos de lo pensado, 
se convierten en negocio de pocos en detrimento de todos…

Este parece ser el signo y la mentalidad que ampara de forma casi natural la idea de un estadio para los Florida Marlins en pleno Downtown de nuestra sufrida ciudad de Miami.      
Proyecto del nuevo estadio para los Miami Marlins.
Si bien el equipo de unos cuantos  - no de todos – se encuentra desde su aparición, paria de predios para sus juegos; no es menos negable que la construcción de un faraónico estadio para albergar un par de cientos de fanáticos – no más - en una ciudad colapsada por el tránsito, vetustos métodos de semáforos, un sistema escolar que reclama dramáticos cambios y una seguridad que linda con el Tercer Mundo, no es poco para que al menos los pensantes, nos pongamos en pie de alerta y confrontemos este desatino.        
Tribunas vacías es el denominador común, aún, en un estadio pequeño...
Sin embargo; no todo está perdido y es un aliciente respetable saber que una buena parte de nuestros contribuyentes - preocupados por la situación de la ciudad - haya alzado sus voces para declarar públicamente su oposición a que se invierta en el fastuoso proyecto. 
Por lo menos así lo demuestra una encuesta reciente llevada a cabo en el Condado, que arroja cifras claras y terminantes al respecto, donde sólo el 29% del electorado local apoya el plan de que se utilizaran fondos públicos para la construcción del estadio; mientras que el 60,9% se opone de manera contundente, siendo consistente en todas las líneas étnicas.
El 31,8% de los hispanos, apoya el proyecto, contra el 58% que se resiste. El 19,7 de los no hispanos blancos están por el sí, mientras que el 70% están por el no y por el lado de la raza negra, el 30% está de acuerdo y el 31,4 se opuso…
No es temática de nuestra columna intervenir en este tipo de temas; no obstante, es deber inapelable del periodista producir este tipo de análisis que confrontan seriamente el sentimiento con el raciocinio, nada fácil pensando en la distancia por momentos insalvable que existe entre el fanatismo y la cordura.
A mí me ha tocado personalmente confrontar las posición de algunos periodistas, que obsesionados con la idea de ir a presenciar los juegos desde apoltronados sillones con aire acondicionado y “catering” defienden encarnizadamente las aspiraciones de los propietarios de la franquicia.  
Fanáticos de Los Marlins en un juego oficial...
Es más; alguno en una acalorada exposición adujo que “Si Argentina tenía un River y Boca y Madrid al Estadio Bernabeu que alberga nada menos que al Real, Miami debía de tener a Los Marlins y un estadio…”(?). Evidentemente, una acotación más digna de una evaluación psicológica que de su atención.  Comparar – según los expertos en turismo – a una de los diez fenómenos sociales a presenciar, con un juego de estadio totalmente despoblado o Madrid y sus más mil años de historia con Miami, una ciudad latinoamericana insertada en el territorio de la Unión, es grave…  
Fanáticos de River en un juego oficial...
Pero a qué obedece este tipo de proyectos que no guardan relación alguna con la lógica..?. Es evidente que grandes intereses despreocupados por el costo del la gasolina y que producto de la ineficacia histórica del tránsito, nos lleva a consumir un 30% más de combustible que lo adecuado. A quienes ostentan una enorme mezquindad frente a la situación imperante en las áreas de la salud, la educación y la seguridad, pero que en todo caso aprovechan de manera llana, la estrechez mental de quienes creen que desembolsar un par de miles de millones en menester indispensable para albergar a un equipo de media tabla y que en el mejor de los casos, convoca a un centenar de fanáticos…

Tuesday, October 19, 2010

MIAMI


Prohibido pensar…
por Juan Carlos Maimone

No es menester reiterar, que los problemas del tránsito 
en nuestros Condados sigue siendo como para que 
nuestros legisladores se rasguen las vestiduras (o se vayan). 
Sin embargo; la tranquilidad de muchos 
y el silencio cómplice de otros, conjugan de
manera particular para que esto siga ocurriendo...

Con el agravante de que una gran cantidad de contribuyentes ya se ha empezado a conformar con la situación o lo que es peor, que la misma ya haya tomado visos de naturalidad, haciendo que las soluciones sigan sin aparecer o se tornen aún más remotas.

El consumo de gasolina producto de los continuos embotellamientos en la vías principales, la utilización indiscriminada de los vehículos oficiales inclusive para quehaceres personales y la falta de sentido común, avalan de forma determinante las condiciones imperantes, en detrimento del bolsillo del trabajador, del medio ambiente y de la economía en general.

Las imágenes son sin dudas una muestra elocuente de lo expuesto, sin que nadie se ponga colorado.

En nuestra última columna, nos dedicamos ampliamente a la ciudad de Opa Locka y a la inoperancia de sus autoridades para resolver problemas, salvo a la hora de las campañas proselitistas, claro.

En el Condado de Dade, los vehículos destinados a asuntos oficiales, no sólo son utilizados para llevárselos a la casa del funcionario de turno; si no que por otra parte, durante el horario laboral, los usan para hacer las compras del día, haciendo valer para estacionar, los atributos que poseen en estado de emergencia. Es decir, se estacionan donde se les da la gana…

Los poderosos de las empresas de correo privado léase UPS y FeDex (con nombre y apellido) son otros que sin compasión gozan de estacionamientos tan particulares como capri-chosos, haciendo caso omiso a las señales, esquinas o bordillos amarillos. Ni hablar de los recolectores de basura…

Pero eso no es todo; siguen existiendo maniáticos cortes de rutas en horarios diurnos (si es a la hora de mayor densidad de tránsito, mejor) sin que siquiera se planifique burdamente una estrategia tendiente a alivianar la situación. Me pregunto: No se podría hacer estos mismo pero de noche o no sería más saludable la utilización de policías en zonas emergentes en vez de estar escondidos en lugares ciegos esperando infractores…?

Si se corta una autopista o una arteria importante y deben utilizarse calles alternativas, bien se pudieran utilizar allí, agentes del orden para accionar los semáforos (que aunque parezca mentira, todavía son manuales) y posibilitar el flujo de tráfico acorde a la circunstancia. 

Pero no; se corta una autopista y en las arterias paralelas, los semáforos siguen funcionado con el tiempo del tránsito promedio, cuando en realidad, su densidad aumentó en un 300%...  


Y que me dicen de la genialidad de las Líneas Rápidas en la I95…? Hasta hoy no hemos encontrado un solo entrevistado que no opine que todo está peor… Sin embargo, siguen las obras, las construcciones por doquier y el tránsito peor que nunca, todo rodeado de inoperancia, falta de sensibilidad y lo que es peor, de indiferencia.

Llegará alguna vez alguien con una pequeñísima cuota de sentimiento de consideración hacia el prójimo, conocido por respeto…?.




Wednesday, September 29, 2010




Bienvenido a Un Lugar Seco
en los Pantanos con Arboles…
por Juan Carlos Maimone
Zona de trabajo anegada...
El título – más que significativo – anuncia nada menos lo que quiere decir Opa Locka en la lengua americana nativa de estas latitudes… Nada más absurdo o satírico para los que alguna vez en el tiempo pensaron en este nombre.

Hoy, llegar a la ciudad con acento árabe un día de lluvia, es más bien una expedición digna para la práctica de la supervivencia. Pero desgraciadamente, no se trata de sobrevivir deportivamente a los embates climáticos, si no subsistir, tratar de trabajar y conducir en una ciudad (?), donde pululan los inspectores que – obedientes de las ordenanzas vigentes – indican en todo caso lo que se puede hacer y lo que no, lo que se debe tener o no… A lo que en ningún momento hacen mención estos Señores, es sobre las obligaciones de una urbe que, ante cualquier contingencia climática, se convierte en una zona intransitable, plagada de peligros y con alarmantes coeficientes de inseguridad.

Hoy por ejemplo; aparecieron tres personas en uniforme de la ciudad, cada uno en su camión y sin escrúpulos de ninguna naturaleza, se estacionaron en la intersección de marras, sin conos ni nada que hiciera prever que allí, en la mitad de la calle, estaba el vehículo. Inmediatamente dispusieron de una bomba de drenaje con sus dos líneas totalmente dañadas y a la vez retorcidas, poniéndola a funcionar en la ilusa ambición de que no se aneguara el restaurant.

Vehículo de la ciudad pésimamente estacionado...
Dos obreros trabajando..?

El resultado está a la vista, más allá de que varios transeúntes les llamaron la atención (yo incluido) por la posición del camión obstruyendo el tránsito y por las descalabradas mangas que no sólo no cumplían con su función, si no que además, ponía en peligro la vida de la bomba que en definitiva, pagamos nosotros.

El resultado de esta gestión, está a la vista y las imágenes son más que elocuentes, mientras los señores que allí “trabajaban”, charlaban alegremente por teléfono bajo el toldo del restaurant.

Yo sé de que por naturaleza política, muchos de los legisladores hoy cómodamente apoltronados en sus sillones de la nueva casa, se preguntarán por mí; mientras otros, emprenderán una vez más la facilista fuga de sus obligaciones. Sin embargo; lo cierto, lo inapelable por su vigencia absoluta reflejado en las imágenes, es el estado de las calles, zonas de “warehouses” y arterias híper transitadas, que son un absoluto desastre y por las que se paga serias sumas en concepto de permisología e impuestos.


Este es el resultado de la gestión de estos señores en la esquina de Le Jeune y la 132 St.
Desgraciadamente, lo expuesto, se puede ver con toda claridad; a los responsables de implementar soluciones a sus contribuyentes o votantes, no..!.