Por Juan Carlos Maimone
Cuando el Congresista Tom Tancredo (Rep. Colorado) dijo que Miami era una ciudad corrupta y desordenada y que ni siquiera los residentes de la ciudad del sol se sentían como americanos, no fueron pocos los políticos locales que salieron a rasgarse las vestiduras. Entre ellos el actual y discutido Alcalde del Condado de Dade Carlos Alvarez y el entonces Jefe de la ciudad Manny Diaz. Sin embargo; las encuestas del momento, le dieron un rápido respaldo al hombre del estado de Colorado.
Desde entonces; existe en nuestra urbe un concierto de coincidencias y disidencias con respecto a aquel por muchos considerados como un exabrupto, situación que hoy – enfriados los ánimos – nos lleva a producir un análisis un tanto más profundo que el que propone la histeria de algunos por sobre el silencio de otros.
Y como residentes al fin, no tuvimos que ir muy lejos para sentir el rigor de una ciudad totalmente colapsada, desorganizada y cada vez menos atractiva.
Es cierto que la herencia que recibió Tomás Regalado de su predecesor linda con lo intolerable, que aquellos que deben dar el ejemplo a los conciudadanos que los llevaron al poder es absolutamente inexistente y que el vandalismo decididamente le ha ganado la pulseada a la organización y al orden.
Ejemplo 1.
El tránsito en el Condado es realmente calamitoso, con el agravante de que día a día empeora en vez de mejorar o por lo menos estabilizarse. En este sentido, la Policía de Miami o la del mismo Condado, se esmeran para sacar provecho del descalabro y de la desesperación de muchos, creando continuamente trampas para escribir sanciones a lo loco, sin detenerse un segundo en pensar o trabajar para coordinar los desfasajes en nuestras calles o autopistas.
Ante una arteria cerrada – generalmente en forma caprichosa y lleno de interrogantes – el resultado es, un policía sentado en su patrulla con el aire acondicionado y el motor funcionando, mientras juega en su computadora o en su defecto, escondido en busca de cándidos que buscan la manera de sortear el problema. Jamás he visto a un representante del orden dirigiendo el tráfico o alertando a los peatones sobre los inconvenientes que ellos mismos protegen.
Me pregunto y con razón, si los políticos tienen idea de cuánto le cuesta al contribuyente entre tiempo y gasolina los estancamiento de tránsito en nuestras calles y autopistas sin distinción…?. La misma pregunta va para las empresas y para el sistema: Cuánto menos rinde un empleado enojado, sin energías y que llega a su lugar de trabajo con los nervios crispados de tanto lidiar con el tránsito…?
Y el medio ambiente del que todos hablan…? Parece que nuestros gobernantes no saben - o no quieren ver - miles y miles de automóviles diariamente atascados en las carreteras con sus motores funcionando, lo que lógicamente altera la temperatura y el coeficiente de polución de manera dramática.
Ejemplo 2.
Ante un engorroso trámite migratorio, acompañamos a un ciudadano a tratar de sacar sus huellas digitales… Fuimos informados de que en cualquier destacamento de Policía, se podía hacer el trámite. Para ello, nos dirigimos al Departamento de la Policía de Miami, localizado en la intersección de Flagler y la calle 22 . Allí debimos esperar pacientemente por más de 25 minutos por el único oficial que conversaba amablemente con un señor mientras bebía su café. Al acercarnos para hacer la gestión, nos enteramos de que allí no hacían ese trabajo y que debíamos proceder al Departamento Central en el Down Town. También nos extendió un papel con la dirección, en el que expresamente se indica que se necesita un Money Order u Orden de Pago por valor de 10 dólares.
Ya en el Destacamento Central, fuimos a un Estación de Correos lindera para comprar el Money Order. Allí – como antigua costumbre - nos encontramos con una hilera de 26 personas esperando y sólo 2 posiciones abiertas (de las 5 existentes) en las que sendas empleadas con más ganas de morirse que de trabajar, atendían al público. Luego de esperar por espacio de más de media hora, por fin conseguimos nuestra orden y entramos al Departamento de Policía…
Allí, otra cola para poder entrar. En la guardia, nos preguntaron si teníamos la tarjeta para las huellas, ya que ellos no las proveían… La misma agente, nos informó que las podíamos conseguir en el edificio de Gobierno justo enfrente y allí fuimos.
El guardia de seguridad de la Agencia US Security (quien rehusó darnos su nombre) nos dijo que efectivamente era allí, pero que en esa oficina (7mo. Piso, Of. 720) eran unos odiosos y en reiteradas ocasiones no querían entregarlas (?).
En la oficina de marras, hubo que sacar número (84) con una sola posición abierta y recién iban por el número 70… Luego de una larga espera, por fin dimos con la única empleada, la que confirmando la versión del guardia. No sólo nos atendió mal, si no que dijo que no sabía de lo que estábamos hablando y que allí, no existían tales tarjetas. Fue entonces que un buen samaritano se acercó gentilmente ante nuestro desconcierto y nos ofreció una extra que él tenía en su poder.
Por fin, volvimos al Departamento de Policía, donde la misma recepcionista de nombre Carvil, nos informó que ya habían cerrado la oficina de Huellas Dactilares, pero que existían otros centros donde hacer el trámite mientras nos extendía un papel llenos de direcciones, todas muy alejadas desde donde nos encontrábamos. Ante la duda de que la información fuera correcta, se produjo el siguiente diálogo:
_ Señorita, Usted está segura de que en estas direcciones se pueden hacer las huellas… _
_ Por supuesto, si nó, no lo mandaba… _
_ Bueno Usted misma me mandó enfrente a buscar la Tarjeta de Huellas y allí no las tenían…
_ Ese es su problema, yo no necesito las huellas… -
Entonces no pude menos que preguntarme si esa era manera de tratar a un ciudadano, el mismo que contribuye con sus impuestos a pagarle el salario y la educación a esta persona y el que se supone debe sentirse protegido en vez de insultado… Ante mi estupor, solicité hablar rápidamente con el supervisor a cargo de esa posición, al que le expliqué el improceder, la actitud y la falta de ubicación de su subalterno.
El Sargento Mclif, al ver mi credencial de periodista, me dijo que tomaría las medidas del caso (cosa que dudo totalmente) pero para que olvidara el tema nos haría tomar las huellas aunque dicha oficina ya estaba cerrada, a lo que rehusé de inmediato. Finalmente, accedimos ante la buena disposición del Suboficial y de la señora a cargo de realizar el trabajo.
Finalizada la tarea y cuando fuimos a abonar el servicio, él mismo nos dijo que era gratuito…
Finalizada la tarea y cuando fuimos a abonar el servicio, él mismo nos dijo que era gratuito…
Aún conservo el papel con la información que nos entregaron en la 22 y Flagler donde dice que debíamos llevar un Money Order de 10 dólares, porque no se aceptaban tarjetas de crédito (?).
Ejemplo 3.
No es ningún secreto que estacionar en las inmediaciones del Down Town de Miami, es realmente una odisea. De allí que para ir al Consulado de su país, nuestro señor debió deambular un largo rato, hasta que finalmente, vimos que un auto se retiraba y esperamos por él pacientemente.
Cuando por fin dejó el espacio disponible y con las luces intermitentes puestas, iniciamos la maniobra… Allí apareció un vehículo de Miami Parking Authority identificado con la placa 228095 de la Ciudad de Miami, quien sin señal alguna se nos atravesó groseramente y se estacionó en el lugar por supuesto, sin pagar por el espacio…
Aún atónito y ante mi requerimiento, la persona uniformada de sexo femenino que manejaba el vehículo levanto su mano a modo de respuesta, con un gesto realmente obsceno (!) y se alejó caminando. Sin abandonar su llamada telefónica, regresó al rato y se instaló en el asiento de su auto donde permaneció por espacio de 35 minutos…. El hecho ocurrió frente al 1100 de Brickell Bay Dr., el 8 de febrero, a las 12:15 horas.
Cuando por fin dejó el espacio disponible y con las luces intermitentes puestas, iniciamos la maniobra… Allí apareció un vehículo de Miami Parking Authority identificado con la placa 228095 de la Ciudad de Miami, quien sin señal alguna se nos atravesó groseramente y se estacionó en el lugar por supuesto, sin pagar por el espacio…
Aún atónito y ante mi requerimiento, la persona uniformada de sexo femenino que manejaba el vehículo levanto su mano a modo de respuesta, con un gesto realmente obsceno (!) y se alejó caminando. Sin abandonar su llamada telefónica, regresó al rato y se instaló en el asiento de su auto donde permaneció por espacio de 35 minutos…. El hecho ocurrió frente al 1100 de Brickell Bay Dr., el 8 de febrero, a las 12:15 horas.
Inmediatamente, procedí a fotografiar el vehículo para hacer la denuncia pertinente y pedir las explicaciones del caso por parte de sus superiores…
Ejemplo 4.
Los que vivimos en este Condado, sabemos de memoria que hay ciudades que por su extensión no merecen serlo, pero que por la obtención de fondos y para fomentar políticos, reciben ese caprichoso estatus. Allí, generalmente todo el mundo se conoce y los hecho delictivos, son ínfimos, por cuanto no es fácil encontrar justificación o lógica para tanta presencia policial, mucho menos en que ocupar una cantidad desmedida de efectivos.
North Bay Village, no es la excepción a la regla y generalmente, los efectivos y sus equipos, son utilizados para custodiar las siempre presentes obras viales y claro está, para colectar fondos escribiendo violaciones.
El sábado 5 de Febrero pasado, decidieron una obra más en la mencionada ciudad, para lo que cortaron tres cuadras de una mano de Bounty Ave. Dejando la otra para transitar. Los residentes de esa arteria, ante la falta de indicaciones o carteles, llegaban a sus hogares por la única vía disponible. Allí, escondidos, estaban los representantes del orden, escribiendo las respectivas violaciones…
Y yo – testigo presencial – me sigo preguntando: No era más lógico que uno de estos uniformados se bajara de su confortable automóvil y diera las indicaciones de rigor a los que regresaban a sus hogares…? Acaso los fondos que recibe la ciudad no son suficientes para confeccionar carteles que avise de algún desvío o anomalía…?. Parece que no; entonces, a buscar más dinero de los contribuyentes…
Ya en la redacción, no pude menos que pensar en Tom Tancredo, es su visión clara y sincera de nuestro Condado, de nuestras costumbres, de nuestras vicisitudes cotidianas y con el aplomo que me da la experiencia de más de cuatro décadas en este gran país, no pude menos que pensar: Es cierto; lo que vemos los residentes de esta geografía no es ni lejanamente común en el resto de la Unión Americana.
Esto tiene más sabor a Buenos Aires, Lima o Caracas y mientras no aprendamos a vivir como en el resto de nuestro territorio, será como dice Tancredo, una ciudad del Tercer Mundo, donde ni los ciudadanos norteamericanos nos sentimos en el país cuando estamos en Miami…
Esto tiene más sabor a Buenos Aires, Lima o Caracas y mientras no aprendamos a vivir como en el resto de nuestro territorio, será como dice Tancredo, una ciudad del Tercer Mundo, donde ni los ciudadanos norteamericanos nos sentimos en el país cuando estamos en Miami…
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