Wednesday, September 29, 2010




Bienvenido a Un Lugar Seco
en los Pantanos con Arboles…
por Juan Carlos Maimone
Zona de trabajo anegada...
El título – más que significativo – anuncia nada menos lo que quiere decir Opa Locka en la lengua americana nativa de estas latitudes… Nada más absurdo o satírico para los que alguna vez en el tiempo pensaron en este nombre.

Hoy, llegar a la ciudad con acento árabe un día de lluvia, es más bien una expedición digna para la práctica de la supervivencia. Pero desgraciadamente, no se trata de sobrevivir deportivamente a los embates climáticos, si no subsistir, tratar de trabajar y conducir en una ciudad (?), donde pululan los inspectores que – obedientes de las ordenanzas vigentes – indican en todo caso lo que se puede hacer y lo que no, lo que se debe tener o no… A lo que en ningún momento hacen mención estos Señores, es sobre las obligaciones de una urbe que, ante cualquier contingencia climática, se convierte en una zona intransitable, plagada de peligros y con alarmantes coeficientes de inseguridad.

Hoy por ejemplo; aparecieron tres personas en uniforme de la ciudad, cada uno en su camión y sin escrúpulos de ninguna naturaleza, se estacionaron en la intersección de marras, sin conos ni nada que hiciera prever que allí, en la mitad de la calle, estaba el vehículo. Inmediatamente dispusieron de una bomba de drenaje con sus dos líneas totalmente dañadas y a la vez retorcidas, poniéndola a funcionar en la ilusa ambición de que no se aneguara el restaurant.

Vehículo de la ciudad pésimamente estacionado...
Dos obreros trabajando..?

El resultado está a la vista, más allá de que varios transeúntes les llamaron la atención (yo incluido) por la posición del camión obstruyendo el tránsito y por las descalabradas mangas que no sólo no cumplían con su función, si no que además, ponía en peligro la vida de la bomba que en definitiva, pagamos nosotros.

El resultado de esta gestión, está a la vista y las imágenes son más que elocuentes, mientras los señores que allí “trabajaban”, charlaban alegremente por teléfono bajo el toldo del restaurant.

Yo sé de que por naturaleza política, muchos de los legisladores hoy cómodamente apoltronados en sus sillones de la nueva casa, se preguntarán por mí; mientras otros, emprenderán una vez más la facilista fuga de sus obligaciones. Sin embargo; lo cierto, lo inapelable por su vigencia absoluta reflejado en las imágenes, es el estado de las calles, zonas de “warehouses” y arterias híper transitadas, que son un absoluto desastre y por las que se paga serias sumas en concepto de permisología e impuestos.


Este es el resultado de la gestión de estos señores en la esquina de Le Jeune y la 132 St.
Desgraciadamente, lo expuesto, se puede ver con toda claridad; a los responsables de implementar soluciones a sus contribuyentes o votantes, no..!.